Puerto
Escondido, Oaxaca a 5 de junio del 2014.
El Obispo, sacerdotes, religiosos, religiosas y agentes de pastoral de la Diócesis de Puerto Escondido, nos pronunciamos respecto del megaproyecto “Presa hidroeléctrica Paso de la Reina” que el Gobierno Federal pretende construir en territorio de los municipios de: Santiago Ixtayutla, Santa Cruz Zenzontepec, Santiago Tetepec, Santiago Jamiltepec, Villa de Tututepec de Melchor Ocampo.
I.-
NUESTRA REALIDAD
En
este territorio se encuentran pueblos mixtecos, chatinos, afromexicanos y
mestizos. Trabajando con ellos, hemos hecho una lectura verídica de la
historia, por eso sabemos que ellos son los dueños legítimos de estas tierras y
territorios; tienen grandes riquezas, pero no de las que se guardan en los
bancos o cotizan en la bolsa de valores. Son los guardianes del agua, plantas,
animales, y el territorio que habitan. Son descendientes de grandes culturas y
tienen grandes valores como la fiesta y las lenguas que son parte de su
identidad.
Han
resistido a través de su organización, de su solidaridad, sus formas propias de
participar, de consultar y generar acuerdos para el bien común; para ellos esa
es la capacidad de decidir libremente sus destinos. Tienen el derecho a la
tierra, al agua, al bosque para que sus hijos e hijas crezcan sanos, y con
corazón alegre.
Son
dueños de una profunda religiosidad popular, y por la lectura comunitaria de la
Biblia saben que Dios es dueño de todo lo creado y les ha regalado a ellos esta
naturaleza para que construyan un desarrollo humano comunitario digno, que
heredan de generación en generación.
Por
otra parte vemos también con preocupación que el Gobierno Federal, a través de
un documento que comenzó a circular en las comunidades de la costa de Oaxaca,
donde la Coordinación de Proyectos Estratégicos de la Comisión Federal de
Electricidad lanza
graves descalificaciones contra nuestro trabajo
señalándonos de ajenos a la región y acusándonos de desinformar y confundir a
la opinión pública. Este tipo de ataques construyen un entorno adverso para los
defensores y defensoras de derechos humanos, agentes de pastoral y las
comunidades de la Diócesis y coloca en un grave riesgo su labor.
II.-
NUESTRA MISION COMO IGLESIA
El
Obispo, Sacerdotes, Religiosas, Religiosos y Agentes de Pastoral, vivimos en
los pueblos de las parroquias a los que somos encomendados, al vivir en estas
tierras conocemos y nos damos cuenta de lo que sucede en ellas, nos duelen las
injusticias, los abusos, la explotación de los más débiles, nuestra misión es
trabajar por el Plan Salvador de Dios que alcanza a toda su creación, y lo que
Dios se propone en su Palabra y en Jesucristo, es una norma y proyecto para
todos sus hijos e hijas.
Interpelados
por esa realidad nos alimentamos de la Palabra de Dios y de los documentos de
la Iglesia, reflexionamos, discernirnos y en comunidad nos abrimos a la acción
de anunciar, la Buena Nueva de Cristo, de denunciar lo que se opone a ella,
para llamar a la Conversión. Esa es nuestra misión, no podemos renunciar a
ella.
Como
Iglesia, hoy día es un imperativo ético, social, económico, ambiental y sobre
todo religioso, muy urgente: la defensa de la vida y de la naturaleza. Somos
conscientes que cuando cometemos algún crimen contra la naturaleza o contra
algún ser humano, profanamos algo sagrado, herimos al mismo Dios Creador en su
obra. Por lo tanto, toda lucha no-violenta contra toda forma de violación a la
vida: humana y natural, es legítima, y es un deber de cada cristiano o persona
de buena voluntad incluyendo en esto la defensa de los territorios y de los
ríos, contra la construcción de grandes proyectos, como los hidroeléctricos en
el caso de nosotros en esta diócesis.
III.-
NUESTRO COMPROMISO
Al mismo tiempo, como Iglesia diocesana de Puerto
Escondido reiteramos nuestra misión a:
a).
Evangelizar a nuestros pueblos para seguir descubriendo el don de la creación,
sabiéndola contemplar y cuidar como casa de todos los seres vivos y matriz de
la vida del planeta, a fin de ejercitar responsablemente el señorío humano
sobre la tierra y sus recursos.
b).
Profundizar la presencia pastoral en las poblaciones más frágiles y amenazadas
por el desarrollo depredador y apoyarlas en sus esfuerzos para lograr una
equitativa distribución de la tierra, del agua y de los espacios urbanos.
c).
Buscar un modelo de desarrollo alternativo integral y solidario basado en una
ética que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural y
humana que se fundamenta en el evangelio de la justicia, de la solidaridad y el
destino universal de los bienes y que supere la lógica utilitarista e
individualista, que nos somete a criterios éticos los poderes económicos y
tecnológicos.
En
unión con los Sacerdotes, Religiosas y Agentes de Pastoral firma nuestro
Obispo.
A T E N T A M E N T E
+ Pedro VAZQUEZ VILLALOBOS
Obispo de Puerto
Escondido
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